El alma buena no se compra ni se presta, y juzgo que si estuviese en venta nadie la compraría; pero la mala, en cambio, se compra a diario.
Todo lo que tiene un valor, puede tener un precio.
Por el dinero se es capaz de todo, hasta de una buena acción.
No conozco fortaleza inexpugnable cuando una mula cargada de oro puede llegar a ella.