Si quieres vivir para ti, debes vivir para los demás.
Hemos sido llamados al concierto de este mundo para tocar de la mejor manera posible nuestro instrumento.
Lo mejor es salir de la vida como de una fiesta, ni sediento ni bebido.
Sólo existen tres métodos para poder vivir: mendigar, robar o realizar algo.
Nuestras vidas son los ríos que van a dar al mar y nos enseñan lo que es el vivir.
Venimos al mundo para recrearnos en el bien y la belleza y mantener nuestra voluntad, cuando es noble, gallarda y generosa.
Gran virtud es vivir en obediencia y sujetar al albedrío de otro, por amor de Dios, la voluntad.