Que en le principio del mundo, el que tuvo más valor se hizo señor.
No hay mayor caballería que portarse como un hombre de bien.
Porque siendo alcahueta de mil modos, te sirven las estrellas de coraza, para que miren tus infamias todos.
Es el oro, señor, la quinta esencia del poder de la Tierra.
Quien mira lo pasado, lo por venir advierte.
Que más vale pobreza en paz, que en guerra mísera riqueza.
Loco el que tiene por sanas a las mujeres cortesanas.
A nadie se le dio veneno en risa.
A mis soledades voy / de mis soledades vengo, / porque andar conmigo / me bastan mis pensamientos.
Es por ser mi mal tan fuerte que porque es menos la muerte me dejo estar con la vida.
Y cuando he de escribir una comedia, / encierro los preceptos con seis llaves.
Libre Dios de un fuego loco, la estopa de una mujer.
Que no hay forma contraria que no la venza el valor.
Porque siempre en los vecinos se ven más las liviandades.
Que en injuria y sinrazón no es la venganza bajeza.
Que siempre es la voluntad del apetito alcahueta.