Moral y físicamente el hombre superior es aquel que une la más delicada sensibilidad a la voluntad más fuerte.
Teniendo en cuenta la naturaleza humana, ejercer el poder sobre el sustento de un hombre equivale a ejercer el poder sobre su voluntad.
El entendimiento no es la única potencia del alma de que se vale el hombre para sus logros; la voluntad y el carácter entran también en mucho.
La libertad del entendimiento consiste en ser esclavo de la verdad y la libertad de la voluntad en ser esclavo de la virtud.
Los hombres han querido someter todas las cosas a su voluntad, y hoy son los hombres esclavos de todas las cosas.
El que no sabe poner voluntad en las cosas intenta darles algún sentido, lo cual le hace creer que hay una voluntad en ellas.
Las ideas morales están en nuestro espíritu: en la voluntad que las ama, en el corazón que las siente.
A un gran ejército le pueden quitar su jefe, pero nadie puede robar a un solo hombre pobre su voluntad.
¡Quién sabe si cuando creemos imponer más libremente nuestra voluntad es cuando más ciegamente obedecemos a la fatalidad de nuestro destino!