La cobardía es el miedo consentido; el valor es el miedo dominado.
El valor es el arte de tener miedo sin que la gente lo advierta.
El valor es el resultado de un grandísimo miedo. En realidad, cuando tenemos un gran miedo de morir nos dejaríamos cortar valerosamente una pierna.
El perfecto valor consiste en hacer sin testigos lo que se sería capaz de hacer delante de todo el mundo.
Muchas veces se conoce mejor a los valerosos en las cosas pequeñas que en las grandes.
Que no hay forma contraria que no la venza el valor.
No puede el que vence, sin riesgo de decir que vence.
El valor no se puede disimular; es una virtud que huye de la hipocresía.
El valor no debe dar derecho para vencer al débil.
El valor es el hijo de la prudencia, no de la temeridad.
El valor y la sagacidad son tan comunes en los salteadores de caminos, como en los héroes.
El hombre vulgar que tiene valor sin rectitud no es más que un bandido.
El valor de un individuo está determinado en gran medida por sus predisposiciones hereditarias.
El valor más difícil y que más especialmente necesitan los débiles es el valor de resistir las necesidades.
El valor reside en el término medio entre la cobardía y la temeridad.
El mal de los hombres es no conocer su propio valor; no perecerá el que haya alcanzado a conocerse y valorarse a sí mismo.
El valor nunca es mayor que cuando nace de la última necesidad.
