Cuando hayamos descubierto las leyes que rigen la vida, nos daremos cuenta de que el hombre de acción se ilusiona más que el soñador.
La vida no es como un arca inmensa llena de posibilidades. Es más bien como un enorme río lleno de posibilidades.
Lo más importante de la vida, después de saber cuándo aprovechar una oportunidad, es saber cuándo prescindir de una ventaja.
Hay una ley de la vida, cruel y exacta, que afirma que uno debe creer o, en caso contrario, pagar más por conseguir siendo el mismo.
La vida es un perpetuo movimiento que si no puede progresar en línea recta, se desenvuelve en círculo.
La vida resulta deliciosa, horrible, encantadora, espantosa, dulce, amarga; y para nosotros lo es todo.
No te aflijas si la vida no ha coronado todas sus esperanzas: piensa para consolarte que tampoco ha justificado tus temores.