El aburrimiento es la suprema expresión de la indiferencia.
No hay destino, por humilde que sea, donde no logre el ánimo fundar escuela de heroísmo y santidad.
Huye de los rostros graves que no saben reír y de los espíritus que no entienden de ironías.
La vida es un trabajo universal de organización; traiciona a la vida quien no vive en orden.