Un resentimiento surge siempre calladamente en la conciencia de los vencidos: el de que todo gran fracaso es en el fondo merecido.
Para los vencidos, el bien se vuelve en mal y el mal en peor.
Más agudo es el aguijón del dolor cuando somos vencidos con nuestras mismas armas.
Se llama insurrectos a los vencidos. Los victoriosos jamás son insurrectos.
Al que te trate con bondad, corresponde con bondad y vencerás; al que te trate con maldad, corresponde con bondad y vencerás dos veces.
Nada tan estúpido como vencer; la verdadera gloria está en convencer.
Vencer sin peligro es triunfar sin gloria.
Jamás serás vencido si no emprendes combate en que no dependa de ti vencer.
Venciste, mujer, venciste con no dejarte vencer.
Los dos estamos vencidos; yo de los años, vosotros de vuestros enemigos, lo que en verdad no es vencimiento definitivo como el de los años.
La derrota pierde su amargura cuando el vencedor es noble.
Únicamente queda vencido quien capitula con la adversidad.
La mayor victoria está en vencerse a sí mismo.
