Cuando yo era chico me decía que cualquiera podía llegar a presidente de la nación; estoy empezando a creerlo.
Soy siervo de la nación porque ésta asume la más grande, legítima e inviolable de las soberanías.
El ejército no debe ser más que el brazo de la nación, nunca la cabeza.
Apenas si basta un siglo para formar un Estado; una hora puede reducirlo a polvo.
...toda una ciudad, toda una nación reside en pocas personas que piensan vigorosa e intensamente en las demás. El resto no cuenta.
No solamente es rica una nación por tener grandes rentas, sino también por tener pocos pobres y porque éstos estén atendidos y cuidados.
El valor de una nación no es otra cosa que el valor de los individuos que la componen.
El orden social de una nación descansa sobre los hombres elegidos para sostenerle.
La nación que confíe la construcción pública a la Iglesia tiene que perecer.
Una nación puede ir a la ruina cuando confunde su deber con el concepto general del deber.