La amistad, como el diluvio universal, es un fenómeno del que todo el mundo habla, pero que nadie ha visto con sus ojos.
El que va acompañado de una linda mujer, sabe que los amigos hallados en la calle tienen siempre más cosas que decir que cuando vamos solos.
La juventud es petulante y la vejez es humilde; sin embargo, veinte años los tiene cualquiera, y lo difícil es tener más de cien.
Sólo cuando se está en posesión de la verdad se da uno cuenta de la deliciosa y preferible que era la mentira.
El que la envidia a alguien por algo, necesita, para vivir a gusto, compadecer por alguna otra cosa.