Nuestro éxito no está asegurado por nuestro propio mérito, sino que depende mucho de la gente que combate a nuestro lado.
Los presuntuosos se presentan por sí solos; los hombres de verdadero mérito prefieren ser requeridos.
Nada conviene tanto a un hombre como llevar a su lado a quien haga notar su mérito, que en uno mismo la modestia es necedad y la propia alabanza locura.