El secreto de mi éxito está en pagar como si fuera pródigo y vender como si estuviera en quiebra.
Es lo mismo para mà que un hombre proceda de Sing Sing que de Harvard. Yo contrato a un hombre, no su historia.
La pregunta «¿quién debe ser el jefe?» es como aquella otra: «¿Quién debe ser el tenor en el cuarteto?». Obviamente, el que tenga voz de tenor.
Creer que el trabajo constante, firme e infatigable puede obtenerlo todo constituye la imposibilidad del fracaso.