Lo único que digo es que el ajo es un arma de dos filos con la que se puede hacer potable un alimento mediocre, y con la que se puede destruir un manjar de primera clase.
Los melocotones tienen el rubor de una niña inocente y las ricas tonalidades de un paisaje italiano.
Napoleón tenía tal pasión por el pollo, que hacía trabajar día y noche a sus cocineros. Qué cocina aquélla, con aves en todos los grados de despojamiento, algunas aún crudas y colgadas de ganchos, otras girando lentamente en el espetón, y la mayor parte en inútiles montones porque el emperador estaba ocupado.
Aguacate proviene del náhuatl ahuacatl, que quiere decir testículo, a lo que formalmente se asemeja.
La pastasciutta es viscosa y antiviril. Es un planto prohibitivo porque engorda, embrutece y engaña con su capacidad nutritiva, no hace escépticos, lentos, pesimistas. Es patriótico favorecer como sustituto el arroz.
El placer de los banquetes no debe medirse por la voluptuosidad de los manjares, sino por la compañía de los amigos y por sus discursos.
Una de las mejores cosas de la vida es que debemos interrumpir regularmente cualquier labor y concentrar nuestra atención en la comida.
No quisiera resucitar las polémicas de la mahonesa, mayonesa, migonesa, bayonesa. Hay quien pone su origen de la Cruzada contra los albigenses, batida por las patas de los caballos de Simón de Matfort; salsa de cruzado y de predicador dominicano. Otros dicen que es templaria, provenzal, camarguesa, mallorquina; otros aseguran que tiene indulgencias del arzobispo de Tolosa. Otros la ponen en Aviñón con la bula del Papa; y otros afirman que nació en las guerras de religión de Francia en un castillo sitiado. Es una salsa militar, el mariscal de Francia de todas las salsas.
¡Cuán feliz me considero, con que mi corazón sea capaz de sentir el inocente y sencillo regocijo del hombre, que sirve en su mesa la col por él mismo cultivada, y que, además del placer de comerla, tiene otro mayor recordando los hermosos días que ha pasado cultivándola, la alegre mañana en que la plantó, las serenas tardes en que la regó, y el gozo con que la vio medrar día a día!