Hacer compañía consiste en añadir algo a la vida de los demás, y hacer que ellos se sientan cómodos con ello.
La conciencia es como un huésped pesado que gira siempre, pero con el que salvo en algunos casos gravísimos, uno termina por entenderse.
El hombre a los veinte años no cree en la mujer, no tiene corazón; y el que sigue creyendo en ella a los cuarenta, no tiene entendimiento.
Los hombres creen que las mujeres son peores que ellos y las mujeres creen que son peores que los hombres; pero ambos se equivocan.
No hablaríamos tanto en sociedad si nos diéramos cuenta del poco caso que hacemos de los otros cuando hablan.
Lo malo de mucha gente no es la falta de ideas, sino el exceso de confianza en las pocas que tienen.