Pocas cosas bastan para hacer feliz a un hombre sensato, pero nada puede satisfacer a un necio: por eso son desdichados casi todos los hombres.
La necedad nos persigue en todas las etapas de la vida. Si alguien parece sensato sólo se debe a que sus necedades están en proporción con su edad y su fortuna.
La sinceridad es una escapada del corazón. Pocas personas hay sinceras y las que lo parecen de ordinario es que disimulan hábilmente para conquistar la confianza de las demás.
Las traiciones más frecuentes obedecen a la debilidad más que a un deliberado propósito de traicionar.
La filosofía triunfa fácilmente de los males pasados y de los venideros; pero los males presentes triunfan sobre ella.
El perfecto valor consiste en hacer sin testigos lo que se sería capaz de hacer delante de todo el mundo.
A menudo nos avergonzarían nuestras grandes acciones si el mundo se diera cuenta de los motivos que las produjeron.