El que se adelanta a confesar el derecho propio, cierra la boca a los demás; no es desprecio a sí mismo, sino heroica bizarría; y al contrario de la alabanza, en boca propia se ennoblece.
La sinceridad es una escapada del corazón. Pocas personas hay sinceras y las que lo parecen de ordinario es que disimulan hábilmente para conquistar la confianza de las demás.