Algunos han aprendido todas las ciencias y todo se les vuelve melancolía; cuanto más saben, mayor tristeza.
En la enorme mayoría de los casos se miente por amabilidad. Se desea producir en el oyente una impresión estética, agradable, entonces se miente, incluso sacrificándose.
Si queréis estudiar a un hombre no prestéis atención al modo en que calla, o habla, o llora, ni siquiera en que es conmovido por las nobles ideas. Miradle más bien cuando ríe.
Pensé: Ha llegado el momento de tirarles una botella a la cabeza. Cogí la botella y... me serví una copa.