No hagas lo que no quieras que se sepa.
Resuélvete a hacer lo que debes, y haz sin falta lo que hayas resuelto.
El hombre pasa por delante de la casa del hombre laborioso, pero no se atreve a entrar en ella.
El mejor médico es el que conoce la inutilidad de la mayor parte de las medicinas.
El hombre no nace del todo hasta cuando muere.
Es contrario a las buenas costumbres hacer callar a un necio, pero es una crueldad dejarle seguir hablando.
Quien quiera prosperar en sus negocios, consulte a su mujer.
El orgullo que come vanidad, cena desprecio. Si el orgullo desayuna con la abundancia, come con la pobreza y cena con la vergüenza.
El orgullo detesta el orgullo... en los demás.
Donde mora la libertad, allí está mi patria.
La pereza hace que todo sea difícil; el trabajo lo vuelve todo fácil.
La pereza marcha con tanta lentitud que la pobreza no tarda en alcanzarla. Haz marchar tus asuntos antes que ellos te espoleen.
El hombre prudente no se vale jamás de la palabra para el sarcasmo ni para la difamación.
Enorgullecerse de saber es como cegarse con la luz.
El cielo cura y el médico cobra los honorarios.
Tres podrían guardar un secreto, si dos de ellos hubieran muerto.
Es más costoso alimentar un vicio que dos hijos.