El secreto de la genialidad es el de conservar el espíritu del niño hasta la vejez, lo cual quiere decir nunca perder el entusiasmo.
Todos los hombres son dioses para su perro. Por eso hay tanta gente que ama más a los perros que a los hombres.
El trabajo no es más respetable que el alcohol y sirve exactamente para el mismo fin: distraer la mente y proporcionar al hombre el olvido.
Yo todavía no puedo entender por qué el matar codornices es un deporte altruista, mientras que matar ratas es tan depravado.
La magnitud de las cantidades del dinero parece variar en modo notable hayan de ser pagadas o cobradas.
El dinero no reporta ninguna satisfacción cuando hay que trabajar para ganarlo; puesto que trabajando para conseguirlo no queda tiempo para gastarlo.
Escribir un libro malo representa tanto trabajo como escribir uno bueno. Nace, con igual sinceridad, del alma del autor.