Consideremos a las dificultades como peldaños para una vida mejor.
Las empresas extraordinarias parecen imposibles a los que, midiendo las dificultades, imaginan que lo que no ha sucedido, no pueda suceder.
Hay la misma dificultad en vivir con una persona a la que se ama, que amar al ser con el que se vive.
Las tres cosas más difíciles en este mundo son: guardar un secreto, perdonar un agravio y aprovechar el tiempo.
La mayor dificultad está en saber realmente lo que conocemos y lo que desconocemos.
Las cosas más difíciles son las más hermosas.
La dicha estriba en el tránsito a una mayor perfección.
Cuanto más difícil es una cosa, más se obstinan los hombres en ella.
Todas las dificultades son fáciles una vez conocidas.
Nada puede conseguirse sin dificultad.
Precisa, en todos los casos, respetar, honrar las dificultades que se presentan. Una dificultad es una luz. Una dificultad invencible es el sol.
La gente no sabe valorar lo que llega sin dificultad.
Cuanto más poderoso es el obstáculo, más gloria se consigue; las dificultades que se alzan ante uno son las damas de honor que adornan la virtud.
Los indecisos tienen tres clases de dificultades: las que han tenido, las que tienen y las que esperan tener.
Las dificultades aumentan conforme se aproxima uno al fin.
Las dificultades de un hombre empiezan cuando trata de hacer lo que quiere.
En la mayoría de los hombres las dificultades son hijas de la pereza.
Las mayores dificultades están donde las buscamos.
Las dificultades parecen mayores a distancia que cuando se examinan con discernimiento y aisladas de las sombras que las acompañan.
