No tiene sentido, ní es en absoluto conveniente para una persona cultivada el pasar su tiempo haciendo trabajar sus brazos, engrosando su cuello, fortaleciendo el pecho. Por más que te hallas dado un buen ungüento, por más que tus musculos hallan aumentado su volumen, nunca igualarás el poder de un buey cebado, ni jamás pesarás tanto.
El hombre que no sabe correr, saltar y nadar es como un automóvil en el que solamente se ha empleado la primera velocidad.
Cuando un hombre quiere matar a un tigre, se le llama deporte; cuando un tigre quiere matar a un hombre se le llama ferocidad.