Olvidé que estaban hablando de mí. Sonaba tan maravillosamente convincente.
Había una pobre serpiente que coleccionaba todas sus pieles. Era el hombre.
Que no sea tu cuerpo la primera sepultura de tu esqueleto.
El hombre que no sabe correr, saltar y nadar es como un automóvil en el que solamente se ha empleado la primera velocidad.
El deporte es un medio de elevar la temperatura de los países fríos.
El deporte delega en el cuerpo algunas de las virtudes más fuertes del alma: La alegría, la audacia, la paciencia.
El deporte es el esperanto de todas las razas.
Es siempre descorazonador saber la opinión que otro tiene de la mujer que uno ama.
Hay una cosa peor que la tristeza. Hay un sentimiento como de no estar aún bastante triste, como si la poca alegría que aun nos queda fuera del pecado, cuyo castigo ya se nos está preparando.