La providencia y el dios ordenador del mundo creó el aire para que los vientos estuvieran en del océano y buscáramos a los enemigos en el mar o más allá del mar.
El tiempo hace surgir nuevos escollos, cuya existencia nunca creímos posible; no hay que considerar segura la victoria hasta que el combate no haya tocado a su fin.
El interés del jefe militar debe ser asegurar el éxito de la guerra, y lo que la política haga o deje de hacer con las victorias o con las derrotas no debe importarle nada.