El temor del mal futuro ha puesto a muchos en peligro.
Nada hay tan grande o admirable que, poco a poco, no dejen todos de ir admirando.
Que el valor quebrantado ya confía en el recato más que en la osadía.
Que no siempre en balanzas de fortuna / lo afortunado con lo audaz se aúna.
Lo que es pecado de muchos, difícil es castigar.
Las más grandes cosas corren a su destrucción; éste es el límite que el cielo le ha marcado al éxito.
Los hombres temen a los mismos dioses que han inventado.
Y rara vez la suerte con sus vaivenes, conforma las edades con los bienes.
Todas las grandezas terminan derrumbándose sobre sí mismas.
Huye de las guerras, que es menos sentimiento padecer su terror que su escarmiento.
Quien niega lo que es de justicia a un hombre armado, al fin tiene que entregarle todo.
Que en los extremos del peligro urgente / más que el valor es el temor valiente.
No muere el hombre si su muerte vive.