Los hombres se avergüenzan no de las injurias que hacen, sino de las que reciben. Así que, para conseguir que los injuriados se avergüencen, no queda otro recurso que devolverles la injuria.
...a mí no me cuesta trabajo levantar un poco el corazón para que pasen por debajo de él las injurias, sin rozarle siquiera.
La injuria es una calumnia abreviada
Mejor es padecer una injuria que hacerla.
Nunca lo que es razón ha sido injuria.
De todas las reacciones posibles ante una injuria, la más hábil y económica es el silencio.
Las injurias son humillantes para el que las dice cuando no logran humillar al que las recibe.