...a mí no me cuesta trabajo levantar un poco el corazón para que pasen por debajo de él las injurias, sin rozarle siquiera.
La injuria es una calumnia abreviada
Mejor es padecer una injuria que hacerla.
Nunca lo que es razón ha sido injuria.
De todas las reacciones posibles ante una injuria, la más hábil y económica es el silencio.
Las injurias son humillantes para el que las dice cuando no logran humillar al que las recibe.
Irritarse por una injuria es casi reconocer que se la merece; al despreciarla queda sin valor.