Es más costoso alimentar un vicio que dos hijos.
El que ama un vicio se complace con todos los vicios.
No despreciamos a todos los que tienen vicios; pero sentimos desprecio por los que no tienen una sola virtud.
La fortuna hace aparecer nuestras virtudes y nuestros vicios como la luz hace aparecer los objetos.
No existe vicio que no tenga una falsa semejanza con alguna virtud y deje de aprovecharse de ello.
Los vicios ocupan un rango en nuestra naturaleza y su papel en la conservación de nuestra salud.
Se comienza por avergonzarse de un vicio; se acaba por blasonar de él.
Los mismos vicios que nos parecen enormes e intolerables en los demás no los advertimos en nosotros.
Cuando los vicios nos abandonan nos halaga pensar que somos nosotros los que los abandonamos.
No se puede tener civilización permanente sin una buena dosis de amables vicios.
Nadie nace libre de vicios; y el hombre más perfecto es el que tiene menos.
La envidia es un vicio sin deleite, que atormenta cuando se disimula y desacredita cuando se conoce.
Los vicios se aprenden sin maestro.
Nuestras virtudes no son, por lo general, más que vicios disfrazados.
Por librarnos de un vicio, damos muchas veces en el opuesto.
Cuanto más virtuoso es el hombre, menos acusa de vicios a los demás.
No existe vicio alguno tan simple que no adopte apariencia de virtud en sus cualidades externas.
Si los hombres no tuvieran otros vicios que los propios, muy pocos tendrían tantos como tienen.
Hasta la propia virtud se convierte en vicio cuando es mal aplicada.
Admiras la naturaleza humana, porque ignoras cuánta afectación se oculta en la sinceridad y cuánto vicio en la generosidad.