Únicamente la obediencia tiene derecho al mando.
Es muy difícil someter a la obediencia a aquel que no busca mandar.
La obediencia es la más recomendable virtud para cuando no se puede mandar.
Hace falta saber obedecer para saber mandar.
La obediencia es el abatimiento de un hombre ante una función, no de un hombre a otro.
Que el saber obedecer es la más perfecta ciencia.
No hayobedecer. ¡Desgraciado el que reclama obediencia cuando no es debida! ¡Desdichado el que la desoye cuando lo es!
Podrán golpearme los huesos, matarme, tendrán mi cadáver, pero no mi obediencia.
Donde reina la justicia, obedecer es ser libre.
No hay mayor estorbo que el del hombre que, no sabiendo mandar, no sabe obedecer.
El juicio a que la política debe su estabilidad, la vida su dicha, la fe su aceptación y la creación su utilidad: la obediencia.
Siempre una obediencia ciega supone una ignorancia extrema.