Cada logro —sea grande o pequeño— tiene etapas de esclavitud y de triunfo; un comienzo, una lucha, una victoria.
Una persona usualmente se convierte en aquello que él cree que es. Si yo sigo diciéndome a mí mismo que no puedo hacer algo, es posible que termine siendo incapaz de hacerlo. Por el contrario, si tengo la creencia de que sí puedo hacerlo, con seguridad adquiriré la capacidad de realizarlo aunque no la haya tenido al principio.
Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa.
Dar un vaso de agua a cambio de agua no es nada. La verdadera grandeza consiste en devolver el bien por el mal.