Nada más parecido que el mar en calma y la sonrisa de una mujer. Dice el azul del mar: navega; y dice la sonrisa: ama; y no es más incierto el mar que la sonrisa.
Y a las playas remotas de occidente corrí desde el humilde Manzanares por contemplar tu gloria y adorarte también, dios de los mares.
Hombre libre, siempre querrás al mar. El mar es tu espejo; en la sucesión infinita de las ondas tu alma se refleja, y tu espíritu no es un abismo menos amargo.
Todo pasa y todo queda; / pero lo nuestro es pasar, / pasar haciendo caminos, / caminos sobre la mar.