Hombre libre, siempre querrás al mar. El mar es tu espejo; en la sucesión infinita de las ondas tu alma se refleja, y tu espíritu no es un abismo menos amargo.
Nada más parecido que el mar en calma y la sonrisa de una mujer. Dice el azul del mar: navega; y dice la sonrisa: ama; y no es más incierto el mar que la sonrisa.
¡El mar amado, el mar apetecido, el mar, el mar, y no pensar en nada!
El mar es elemento hermano del pensamiento y lecho azul de la imaginación.
El mejor amigo, el mar; La mejor lisonja, el viento.
Que a los consejos del mar y la ambición, debemos cerrar los oídos.
Y a las playas remotas de occidente corrí desde el humilde Manzanares por contemplar tu gloria y adorarte también, dios de los mares.