Las tres cosas más difíciles en este mundo son: guardar un secreto, perdonar un agravio y aprovechar el tiempo.
Consideremos a las dificultades como peldaños para una vida mejor.
Las empresas extraordinarias parecen imposibles a los que, midiendo las dificultades, imaginan que lo que no ha sucedido, no pueda suceder.
Hay la misma dificultad en vivir con una persona a la que se ama, que amar al ser con el que se vive.
La mayor dificultad está en saber realmente lo que conocemos y lo que desconocemos.
Las cosas más difíciles son las más hermosas.
La dicha estriba en el tránsito a una mayor perfección.