Los indecisos tienen tres clases de dificultades: las que han tenido, las que tienen y las que esperan tener.
Las empresas extraordinarias parecen imposibles a los que, midiendo las dificultades, imaginan que lo que no ha sucedido, no pueda suceder.
Hay la misma dificultad en vivir con una persona a la que se ama, que amar al ser con el que se vive.