La pers everancia es invencible. Por ello, el tiempo, en su acción, destruye y derriba toda potencia.
No siempre consiste la constancia en hacer las mismas cosas, sino aquellas que se dirigen al mismo fin.
El hombre más lento, que no pierde de vista el fin, va siempre más veloz que el que va sin perseguir un punto fijo.
La constancia es el fondo de la virtud. Los que gustan de brillar mucho y de moverse mucho no han recibido el don de la constancia.
La constancia no consiste en hacer siempre las mismas cosas, sino en hacerlas diferentes, pero encaminadas a un mismo fin.
¿Qué cosa es más dura que una piedra y más blanda que el agua? Y sin embargo, el agua horada la piedra.