No existe un Estado cuyo jefe no desee asegurar una paz constante por medio de la conquista del universo entero, si ello fuese posible.
El culto a los héroes existe, ha existido y existirá siempre y con carácter universal en el seno de la humanidad.
La conquista de almas es la conquista por excelencia; diariamente debes levantarte con el propósito de conquistar a todos aquellos de tus hermanos con quienes el destino te ponga en contacto.
Los tres mayores cosas que los hombres ambicionan: el poder, las riquezas, el amor; no se conquistan con talento, sino con audacia y perseverancia. Ni a Dios mismo podemos llegar con el cerebro: llegamos a él con el corazón. ¿De qué sirve pues, el talento? De castigo. Es una invisible corona de espinas.