Un solo impulso de cólera o miedo hacen más mal al hombre que el que puede ser remediado en meses de medicina.
La cólera destruye el sosiego de la vida y de la salud del cuerpo; ofusca el juicio y ciega la razón.
Son siempre más sinceras las cosas que decimos cuando el ánimo se siente airado que cuando está tranquilo.