Las almas superiores, una vez pervertidas, causan los más grandes males, así en los Estados, como en las familias; pero si dirigen bien su vuelo, hacen la felicidad del mundo; los espíritus vulgares no tienen destino.
En los festines, recuerda que tienes dos invitados: el cuerpo y el alma. Lo que des al cuerpo lo perderás muy luego. Lo que le des al alma lo conservarás eternamente.