¿Por qué, siendo tan breve la vida, nos lanzamos, intrépidos, a cosas importantes? ¿Por qué cambiamos por otra nuestra tierra herida por el calor del sol? ¿Quién al expatriarse voluntariamente ha podido huir también de sí mismo?
Al hombre justo y tenaz en sus propósitos ni el furor de ciudadanos poderosos ni el rostro fiero de un tirano amenazador, logrará hacer que altere su firme pensamiento.