Los perros no molestan hasta que ladran y los necios hasta que hablan.
La necesidad lo hace todo.
El odio es la venganza de un cobarde intimidado.
Las opiniones se convierten en cosas de cuidado y a los hombres les da por obrar según ellas.
Las revoluciones nunca han aligerado el peso de las tiranías, sólo han cambiado de hombros.
Hay hombres capaces de sentir y hasta de sentir delicadamente e incapaces de exteriorizar los sentimientos.
Soy partidario de la disciplina del silencio, que podría hablar horas enteras sobre ella.
El sufrimiento más intolerable es el que produce la prolongación del placer más intenso.
No resistas nunca a la tentación. Prueba de todas las cosas y conserva la que sea buena.
Un tirano aborrecido teme más a sus vasallos; pero con menor número de funcionarios.
La verdad está atravesada en nuestras gargantas con todas las salsas que se sirve. Y nunca la podemos tragar hasta que la tomemos sin salsa alguna.
Cuando un tonto hace algo de lo que se avergüenza, siempre explica que es su deber.
El vicio es un derroche de vida. La pobreza, la obediencia y el celibato son los vicios.
La virtud no consiste en abstenerse del vicio, sino en no desearlo.