Querer es tener el valor de exponerse a un inconveniente; exponerse así es tentar al acaso y es jugar.
Jamás la mujer quiere a los hombres que se hacen sus maestros, pues maltratan demasiado sus pequeñas vanidades.
Nada se quiere sin haber antes conocido; hay que corregir diciendo: nada se conoce sin antes haberlo querido.