Existen dos tipos de buenas disposiciones de ánimo: 1. la íntima paz o satisfacción; 2. el corazón que siempre está alegre. La primera se obtiene a condición de tener conciencia de culpa alguna; la segunda es un don de la naturaleza.
Cada vez que perdemos ánimo, perdemos muchos días de nuestra vida.
Conserva el mismo ánimo en cualquier circunstancia de la fortuna; que las cosas favorables no te exciten ni las adversas te depriman.
No hay destino, por humilde que sea, donde no logre el ánimo fundar escuela de heroísmo y santidad.
Un ánimo contento vale más que una corona.
Más daña el decaimiento del ánimo que el del cuerpo.
El ánimo se pierde cuando las cosas nos son adversas; pero es precisamente cuando lo necesitamos.