Adular para reinar es la práctica de los cortesanos de todos los despotismos y de los bufones de todos los tiranos.
Quien premia la adulación, la solicita.
Hombre en el cual hace mella la adulación, es hombre desarmado.
La imitación es la forma más sincera de la adulación.
Para quien ama la lisonja, es enemigo el que no es adulador.
Si no nos aduláramos jamás mutuamente, la vida sería menos placentera.
Los aduladores tienen apariencia de amigos, como los lobos tienen la apariencia de perros.