Ni pondero, ni disimulo las acciones; y porque pretendo informar los oídos, no regalarlos no ofenderlos, dejo a las malicias de mi silencio remitidas las conjuras...
Apenas los labios callan, despiertan las almas y se manifiestan, porque el silencio es el elemento lleno de sorpresas, de peligro y de felicidad, en el cual las almas gozan libremente.
El silencio es el lenguaje del dolor supremo. Es lenguajepodría contestar y prefiere callar por no herir y no herirse.