Por la palabra, el hombre es superior al animal; por el silencio, se hace superior a sí mismo.
El pensamiento trabaja en silencio, lo mismo que la virtud.
El silencio prudente es la santidad de las santidades de la sabiduría terrenal.
El silencio es el partido más seguro para el que desconfía de sí mismo.
El silencio escuda y suele encubrir la falta de ingenio y torpeza de lenguas.
El silencio no es un patrimonio de las almas vulgares.
Que hablen de uno, es espantoso. Pero hay algo peor: que no hablen.
El silencio es el único amigo que jamás traiciona.
Hay gente que no tiene silencio y mata el silencio a su alrededor, y éstas son las únicas personas que pasan verdaderamente inadvertidas.
El silencio es como el viento; atiza los grandes malentendidos y no extingue más que los pequeños.
El silencio es la elocuencia de los que han sufrido.