A diferencia de la vejez, que siempre está de más, lo característico de la juventud es que no pasa de moda.
Los jóvenes de hoy aman el lujo, tienen manías y desprecian a la autoridad; responden a sus padres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros.
En el joven la fortuna de la salud consiste en la vigilancia de su juventud y la guardia de todas las cosas que, por sus furiosos deseos, puedan ensuciarla.
La juventud experimenta un placer increíble, cuando ve que empiezan a fiarse de ella y a dejarla participar en cosas serias.
Lo que turba y hace desdichados los años de la juventud es la caza del bienestar, emprendida en la firme creencia de que se le puede encontrar en la vida.
Recuerdo mi juventud y aquel sentimiento que nunca más volverá. El sentimiento de que yo podría durar más que todo, más que el mar, más que la Tierra, más que todos los hombres.