Negar muchas cosas a los veinte años es signo de fecundidad, y créame usted que bien poca simpatía me inspiran los jóvenes que no principian la carrera de la vida renegado.
Siempre he creído que los senderos de la melancolía son el camino más derecho para llegar, en toda conversación íntima, al reino de la sensualidad.