Las únicas copias buenas son aquellas que nos permiten apreciar el ridículo de los originales.
No te contentes con hablar de las gentes de bien: imítalas.
Toda imitación es mala, incluso en el orden moral.
Una excelente manera de defenderse de los demás, es procurar no parecerse a ellos.
Cuanto más se lee, menos se imita.
Somos imitación en más de una mitad; lo importante, es escoger buenos ejemplos por imitar.
¡Bienaventurados nuestros imitadores, porque de ellos serán todos nuestros defectos!
La imitación del alma supera siempre al ejemplo; por el contrario, la imitación del bien es siempre inferior.
La imitación es la más sincera forma de adecuación.
¡Oh, Menandro, y tu vida humana! ¿Quién de los dos ha copiado al otro?