Hay algo en que el sabio tiene ventaja sobre Dios, y es que posee la sabiduría por adquisición, mientras que Dios sólo la posee por naturaleza.
Como un campo aunque sea fértil no puede dar frutos si no se cultiva, así le sucede a nuestro espíritu sin el estudio.
Todos los filósofos, con sus estudios, disputan acciones y buscan la vida dichosa; he aquí la causa de la filosofía.
El estudio es semejante al sol glorioso del cielo, que no permite que lo escudriñen a fondo insolentes miradas.