El gran objeto del estudio es formarse un espíritu adaptable a todas las contingencias.
La cultura es lo que queda de los estudios cuando todo se ha olvidado.
No te cuides de hermosear el rostro, sino de adornar el alma con honrados estudios.
Amargas son las raíces del estudio, pero los frutos son dulces.
Hay algo en que el sabio tiene ventaja sobre Dios, y es que posee la sabiduría por adquisición, mientras que Dios sólo la posee por naturaleza.
Como un campo aunque sea fértil no puede dar frutos si no se cultiva, así le sucede a nuestro espíritu sin el estudio.
¡Estudia! No para saber una cosa más, sino para saberla mejor.