La esperanza, no obstante sus engaños, nos sirve al menos para llevarnos al fin de la existencia por un camino agradable.
¿Qué es la esperanza? Una ramera que nos seduce para que se lo demos todo; cuando has sacrificado tu don más preciado, tu juventud te encuentras de nuevo solo.
La esperanza anima al hombre prudente, pero engaña al presuntuoso y al indolente que confía demasiado en sus promesas.